Tardé dos horas en preparar la cena. Mientras tanto Yuichi miró la televisión y peló patatas. Es muy hábil.
Yo aún sentía la muerte de Eriko como algo lejano. No podía afrontarla. Era una verdad triste que iría acercándose poco a poco desde más allá del shock. Yuichi esta abatido como un sauce azotado por la tormenta.
Y así, ahora, no había mas remedio que estar los dos juntos evitando hablar de la muerte de Eriko y, con ello, notamos aún más la perdida de la noción del tiempo y del espacio, Sentí que este lugar seguro era cálido pese a no tener continuidad. Sentí que que algún día tendría que pagar la deuda. Era un presentimiento enorme y terrible, Esta enormidad hacía resaltar a los dos huérfanos en la oscuridad solitaria.
Llegó una noche transparente, y empezamos a comer el banquete que yo había preparado: ensalada, empanadas, estofado, croquetas, agedashidofu, ahitashi, harusame to tori no aemono, kiev, cerdo agridulce, shuimai..., una mezcla de comisas de diferentes nacionalidades, pero no importaba. Cenamos sin prisa, bebimos vino y nos lo comimos todo.
Banana Yoshimoto, Kitchen